3- Explica detalladamente cuál es la importancia del manejo de conflictos en las instituciones educativas de nivel primario y secundario, y cuáles roles deben jugar los educadores, los familiares y los psicólogos escolares. Detalla sobre cada edad mencionada.
La Educación en Resolución de Conflictos modela y enseña, de forma culturalmente apropiada y evolutivamente ajustada, una variedad de procesos, prácticas y habilidades diseñadas para afrontar los conflictos individuales, interpersonales, e institucionales, y para crear un entorno educativo receptivo y seguro.
Fruto de la convivencia en las escuelas es habitual que surjan con cierta frecuencia problemas entre las personas que forman parte de su comunidad educativa. La mediación en conflictos es una interesante manera de solucionar estas situaciones, ya que además de hacerlo nos permitirá que los implicados trabajen la educación en valores y diferentes habilidades de comunicación.
Las claves para una correcta mediación escolar:
La empatía, herramienta básica: Sin duda, debería ser la protagonista de cualquier mediación. El mediador debe intentar que los afectados consigan ponerse en el lugar del otro y entender también su posicionamiento, para aproximar posturas y ser capaces de llegar a un acuerdo.
¡Dotes comunicativas bien en forma!: La tarea básica del mediador es escuchar y ser capaz de sintetizar y clarificar lo dicho por las personas afectadas, para verbalizar así el conflicto desde otra perspectiva.
Mente creativa: Es necesario que el mediador sea capaz de sugerir enfoques alternativos, pero nunca proponiendo la solución final del conflicto. Debe hacer las preguntas adecuadas para que sean los afectados los que planteen opciones de solución por sí mismos.
Los juicios de valor no son bienvenidos: El mediador debe aprender a limitarse a escuchar activamente, pero sin posicionarse por ninguna de las partes. Su función no es decidir quién tiene razón, sino ayudar a los afectados a encontrar una solución con la que todos se sientan cómodos.
Rol del educador:
Ayudar a que ambas partes analicen las causas del conflicto, separando los intereses de los sentimientos. Favorecer la conversión de las diferencias en formas creativas de resolución del conflicto. Restablecer, siempre que sea posible, las posibles heridas emocionales que pueden existir entre las partes en conflicto.
¿Qué estrategias uso el profesor para solucionar el conflicto?
Generar un buen ambiente y contar con una disciplina adecuada en el salón de clases. Aplicar refuerzos positivos para premiar el buen comportamiento. Establecer normas básicas de convivencia. Fomentar el diálogo, ya que contribuye a la formación de personas tolerantes.
Rol de los padres:
La adolescencia es una etapa compleja, en la que por lo general aparecen problemas con las reglas que ordenan el mundo adulto. En este sentido, es fundamental el rol de los padres para orientar a los chicos.
Los padres deben hacerle frente, por ejemplo, al desconocimiento de su propia autoridad, la falta de responsabilidad, inestabilidad emocional y otros problemas. Además Establecer límites es fundamental para atravesar esta etapa.
Rol del sicólogo:
La agresividad, la desobediencia, las rabietas, el negativismo, etc. constituyen problemas de conducta en niños y también habituales en la adolescencia.
Ante esta situación, los padres se sientan cansados, frustrados, sin saber qué hacer, llegando a establecerse relaciones conflictivas entre los miembros de la familia.
En muchas situaciones los padres y adultos dejan de prestar atención a las conductas adecuadas del niño, a los logros, obviando alabanzas o premios, prestando atención únicamente a aquellas conductas inadecuadas, más propias de la primera infancia, como el pataleo o lloro.
El psicólogo ha de evaluar de manera individualizada cuáles son los factores que originan y mantienen la conducta problema.
Explicar a los padres el origen del conflicto, para poder establecer espacios de comunicación con el niño, en los que se potencie la calidad de los encuentros.
Detectar y abordar los problemas emocionales que puedan estar influyendo en el comportamiento inadecuado del niño.
Favorecer la expresión de sentimientos y emociones en el niño, generando un trabajo conjunto, haciendo partícipes a los padres o allegados, en relación a los comportamientos que más preocupan.
Diseñar un plan de tratamiento psicológico de conductas problemáticas adecuado a las necesidades de cada familia, que contempla el asesoramiento, la psicoeducación, la gestión del conflicto y/o la regulación de la expresión emocional.
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